Carta
abierta a la Hna. Ma. Jesús y Consejo, a la Hna. Ma. Helena y a todas las
Hermanas de la Delegación
Queridas Hermanas:
A un mes de distancia en el tiempo quiero hacerme
presente entre ustedes, a través de estas sencillas líneas que escribo con un profundo
sentimiento de fraternidad, amistad y agradecimiento por las ricas vivencias
que tuve en esa "cálida" (en la amplitud de los sentidos del término)
tierra brasileña. Fui “regalada” con una aproximación que por el poco tiempo
que estuve allí fue sucinta, pero intensa y fecunda por la calidad e intensidad
de las vivencias de Iglesia, junto a los jóvenes y al pueblo brasileño en la
JMJ primero y luego con las Hermanas de la Delegación que encontré al visitar
las comunidades, con las que pude disfrutar y "saborear" (hasta donde
su pudo) la vida y misión de la Anunciata en Brasil.
Sin lugar a dudas, la visita que Hna. Ma. Helena
realizó el año pasado a nuestra comunidad de Villa Urquiza (y particularmente a
Doris y Rosana, las dos Hermanas estudiantes de la Delegación Brasil de la
Prov. Santa Catalina), fue el hito inicial, porque nos animó a participar en la
JMJ y además me propuso esta visita. Lo que en aquel momento parecía algo
utópico o imposible…, esas circunstancias que sólo Dios sabe y que se fueron
conjugando durante el transcurso de los meses lectivos del 2013, me hicieron
percatar desde el discernimiento que tenía que ir y que era bueno que Hna.
Rosana quedase unos días en su casa después de la JMJ y yo conociera algunas de
las comunidades durante ese tiempo.
Podría decir que mi paso por el Brasil tuvo 4 momentos:
El previo. Caracterizado por la "preparación"
del grupo de alumnos y docentes de algunos de los colegios de La Anunciata de
Argentina (Buenos Aires y Capital). Reuniones informativas, fichas, pagos...,
conseguir el autobús que nos llevaría a Matias Barbosa (Juiz de Fora) para la
"prejornada"..., confeccionar las camisetas con el logo de la
Congregación y el de la JMJ ¡muchas comunicaciones telefónicas y vía mail!,
¡muchos vínculos e hiperactividad en el grupo en Facebook de la JMJ - Dominicas
de la Anunciata!
Ma. Helena, con su rapidez y eficiencia, organizó la
estadía posterior a la JMJ de la manera más "aprovechable".
El 17 de julio por la tarde, salimos de Ezeiza el grupo
de 49 personas (jóvenes, docentes, hermanas) y llagamos hacia las 20:30 a Río
de Janeiro. Tuvimos una bienvenida espectacular de parte de los servidores de
la JMJ que estaban de manera bien visible en los lugares clave del aeropuerto.
Una “pascua” familiar. Unos minutos después, a
punto de partir en el ómnibus que nos llevaría a Matías Barbosa, recibí la
inesperada noticia: ¡Había fallecido mi papá! Con muchas dudas al principio,
pero con el estímulo de quienes me acompañaban en ese momento, recogí mi equipaje
y gestioné inmediatamente el vuelo de regreso a Buenos Aires. No sabía qué
panorama encontraría. Afortunadamente llegué al funeral de papá que lo vivimos
en familia y entre amigos y allegados, en una "celebración" honda,
profunda, testimonial, en la que la fe y la oración nos permitieron recordar lo
más rico y valioso de su personalidad, hasta algunas anécdotas graciosas que
mezclaron lágrimas y sonrisas. Los días que siguieron fueron densos en intimidad
familiar, apoyo y sobre todo, de presencia y cercanía efectiva y afectiva a
mamá... Al constatar su integridad y positiva disposición al iniciar su proceso
de "duelo" y contando con familiares que estaban acompañando, dialogamos
entre hermanos y nos animamos mutuamente a realizar los viajes que teníamos
previstos.
JMJ, en Río de
Janeiro. El
23 de julio llegué nuevamente Río y me reencontré con el grupo. ¡Cuántas
vivencias maravillosas de acogida, comunidad, oración, recreación, misión,
comidas típicas recogieron en la mochila de su corazón de aquella "prejornada"!
Para muchos, esto ya bastaba para aseverar que valió la pena ir a Brasil.
La JMJ ha sido ampliamente difundida por todos los
medios y en todos los países. Convivir, y vibrar con una Iglesia joven, de pie,
en fiesta... que rezó, cantó, compartió, "hizo lío" demostrando que
Jesús y su mensaje son una opción valiosa y expresó de muchas maneras su
adhesión y regocijo con el papa Francisco... Y todo esto teniendo como
escenario privilegiado, o mejor, como "templo al aire libre" las
bellas playas de Copacabana, sintiendo que el Cristo Redentor nos abrazaba a
todos...
¡Con las
Hermanas de Brasil!
El 28 de julio despedimos a nuestro grupo peregrino y el 29, Rosana y yo
viajamos hacia Montes Claros, previa breve
escala en Belo Horizonte, donde nos
salió al encuentro Hna. Mónica para saludarnos y orientarnos. Hna. Helena Luiza
fue mi compañera de andanzas en los primeros días.
La Hna. Nilza nos mostró la Obra Social “Acuarela”.
Pude apreciar la ilusión, las iniciativas y los esfuerzos con que la comunidad
la está animando, como así también el compromiso del elenco laico que trabaja
en la misma.
Fue una gran alegría visitar la familia de Rosana y
conocer a sus padres y sobrina. También estuve en casa de Doris, conocí a su madre,
a 2 de sus hermanas y sobrina.
Llegamos hasta la Plaza del P. Coll, cuya estatua es
testigo de las andanzas de los transeúntes que pasan y de los muchos niños que
juegan y corretean en ese lugar. Pasamos por delante de lo que fue la
"Obra Social La Anunciata", donde las primeras Hnas. se brindaron a
pleno para promover sobre todo a las mujeres y a los niños... ¡Y hasta llegamos
a hacer un paseo por el centro de la ciudad!
Al día siguiente Helena Luiza me condujo a su comunidad
de Francisco Sá y allí encontramos a
la Hna. María Granda, quien nos invitó a participar en una eucaristía barrial (muy
animada con músicos e instrumentos) celebrada en la calle con motivo del
cumpleaños de una anciana vecina. Tuve
la dicha de apreciar la réplica del Cristo Redentor (que no llegué a conocer en
Río) y desde esa cima del monte contemplar la ciudad de horizonte a horizonte.
Pasando por Belo
Horizonte tuve la suerte de concer a las Hnas. Reme y Celia que estaban
culminando una visita de animación de la PJV y en esos días regresaban a
España. Desde allí salimos con la Hna. Ma. Helena y la Hna. María Luisa hacia
aquella novedosa y esperanzadora comunidad situada en Villa Verde (Acre). ¡Qué alegría reencontrarnos con Doris y verla
inserta en este ámbito misionero de La Anunciata! ¡Y al fin conocernos con Ana
Belén y Celia! La acogida de las Hnas. favoreció una intensa compartida
comunitaria. En menos de tres días
conocimos el pueblo, visitamos familias, concurrimos a algunas celebraciones de
la Palabra en las casas y en la capilla, visitamos la escuela donde ejerce Hna.
Celia y nos acercamos a Río Branco, donde conocimos las dependencias de la
Universidad en la que Hna. Ana Belén da clases y algunos puntos significativos
de esta antigua y activa ciudad. Calidez del clima..., calidez de la gente..., exuberancia
y variedad en árboles, palmeras, plantas rastreras, flores y frutos tropicales.
Fecundidad…, que puede ser parábola o profecía para esta reciente comunidad. Me
parece que las urgencias pastorales y evangelizadoras son muchas y muy en
consonancia con el carisma de las Dominicas de la Anunciata. También son una
posibilidad atractiva para la experiencia del "voluntariado"... Si
sumamos las significativas similitudes con la misión de la Anunciata en Perú,
particularmente con la comunidad de Pucallpa, podríamos soñar con nuevas
posibilidades de refuerzo fraterno, proyección apostólica, de intercambio de
experiencias y... de hermanas...
Nuevamente en Gloria
estuvimos visitando el “Centro Pedagógico Anunciata”. ¡Qué adecuada la pintura
y ambientación del edificio! Pinturas alegres con notas distintivas de la
Congregación, adaptadas a los niños. Buena provisión de material didáctico,
recursos y juegos... En todo se advierte la presencia, el cuidado, la atención
y la buena conducción de la Hna. Mónica y la de un equipo docente capacitado
para educar a los pequeños. Los niños que atiende Hna. Marlene me deleitaron
entonando con gran fervor una canción al Padre Coll. En esa comunidad conocí a
la Hna. Mariana en sus idas y venidas de dar clases.
¡Bonito y prometedor el museo de la Delegación, reconstruye
la historia de La Anunciata en Brasil con imágenes, documentos y objetos muy
ilustrativos! ¡Enhorabuena, Ma. Helena, por esta iniciativa!
Hna. Marina me condujo en auto hasta la clínica donde
se hallaba internada, reponiéndose, la Hna. Rosa Font y pude estar un ratito
con ella. Pese a sus achaques, irradia a través de su mirada y su sonrisa
destellos de la luz de la fe. La estaba acompañando en ese momento la Hna.
Terezinhia a quien también pude conocer. Recorrimos en auto diversas zonas de
esa bellísima ciudad y fuimos a conocer la Universidad donde estudió y
actualmente (Marina) trabaja en la pastoral universitaria. Hice noche en esta
Casa Noviciado tan adecuada para encuentros intercomunitarios. ¡Ojalá pueda
reemprender prontamente la misión de “casa de formación”.
¡Cuántas atenciones y detalles de fraternidad! ¡Cuántas
charlas, anécdotas y risas! El lenguaje del amor supera todo límite idiomático…
Quiero agradecer a la Hna. Ma. Jesús quien fue gestora y
avaló esta visita, a la Hna. María Helena que puso su empeño y coordinación
para conectar vuelos, visitas, encuentros y a todas y cada una de las Hermanas
de la Delegación. A las que encontré y conocí en esos días y a las que sin
llegar a vernos (como las de la comunidad de Gdor. Valadares) las aprecio por
la mención y el recuerdo de otras que las conocen, de manera especial de Doris
y Rosana que en la diaria convivencia me fueron vinculando espiritualmente con
cada una de ustedes.
A todas, un abrazo fraterno, mi recuerdo y oración.
Hna. Susana
1 comentários:
Irmã Célia a Paróquia Santa'Ana sente saudades de você...Deus abençoe sua caminhada
Ass:Givanildo.
Governador Valadares
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