domingo, 8 de setembro de 2013


Carta abierta a la Hna. Ma. Jesús y Consejo, a la Hna. Ma. Helena y a todas las Hermanas de la Delegación


 

 


Queridas Hermanas:


 

A un mes de distancia en el tiempo quiero hacerme presente entre ustedes, a través de estas sencillas líneas que escribo con un profundo sentimiento de fraternidad, amistad y agradecimiento por las ricas vivencias que tuve en esa "cálida" (en la amplitud de los sentidos del término) tierra brasileña. Fui “regalada” con una aproximación que por el poco tiempo que estuve allí fue sucinta, pero intensa y fecunda por la calidad e intensidad de las vivencias de Iglesia, junto a los jóvenes y al pueblo brasileño en la JMJ primero y luego con las Hermanas de la Delegación que encontré al visitar las comunidades, con las que pude disfrutar y "saborear" (hasta donde su pudo) la vida y misión de la Anunciata en Brasil.

 

Sin lugar a dudas, la visita que Hna. Ma. Helena realizó el año pasado a nuestra comunidad de Villa Urquiza (y particularmente a Doris y Rosana, las dos Hermanas estudiantes de la Delegación Brasil de la Prov. Santa Catalina), fue el hito inicial, porque nos animó a participar en la JMJ y además me propuso esta visita. Lo que en aquel momento parecía algo utópico o imposible…, esas circunstancias que sólo Dios sabe y que se fueron conjugando durante el transcurso de los meses lectivos del 2013, me hicieron percatar desde el discernimiento que tenía que ir y que era bueno que Hna. Rosana quedase unos días en su casa después de la JMJ y yo conociera algunas de las comunidades durante ese tiempo.

        

Podría decir que mi paso por el Brasil tuvo 4 momentos:

 

El previo.  Caracterizado por la "preparación" del grupo de alumnos y docentes de algunos de los colegios de La Anunciata de Argentina (Buenos Aires y Capital). Reuniones informativas, fichas, pagos..., conseguir el autobús que nos llevaría a Matias Barbosa (Juiz de Fora) para la "prejornada"..., confeccionar las camisetas con el logo de la Congregación y el de la JMJ ¡muchas comunicaciones telefónicas y vía mail!, ¡muchos vínculos e hiperactividad en el grupo en Facebook de la JMJ - Dominicas de la Anunciata!

Ma. Helena, con su rapidez y eficiencia, organizó la estadía posterior a la JMJ de la manera más "aprovechable".

El 17 de julio por la tarde, salimos de Ezeiza el grupo de 49 personas (jóvenes, docentes, hermanas) y llagamos hacia las 20:30 a Río de Janeiro. Tuvimos una bienvenida espectacular de parte de los servidores de la JMJ que estaban de manera bien visible en los lugares clave del aeropuerto.

 

Una “pascua” familiar. Unos minutos después, a punto de partir en el ómnibus que nos llevaría a Matías Barbosa, recibí la inesperada noticia: ¡Había fallecido mi papá! Con muchas dudas al principio, pero con el estímulo de quienes me acompañaban en ese momento, recogí mi equipaje y gestioné inmediatamente el vuelo de regreso a Buenos Aires. No sabía qué panorama encontraría. Afortunadamente llegué al funeral de papá que lo vivimos en familia y entre amigos y allegados, en una "celebración" honda, profunda, testimonial, en la que la fe y la oración nos permitieron recordar lo más rico y valioso de su personalidad, hasta algunas anécdotas graciosas que mezclaron lágrimas y sonrisas. Los días que siguieron fueron densos en intimidad familiar, apoyo y sobre todo, de presencia y cercanía efectiva y afectiva a mamá... Al constatar su integridad y positiva disposición al iniciar su proceso de "duelo" y contando con familiares que estaban acompañando, dialogamos entre hermanos y nos animamos mutuamente a realizar los viajes que teníamos previstos.

 

JMJ, en Río de Janeiro. El 23 de julio llegué nuevamente Río y me reencontré con el grupo. ¡Cuántas vivencias maravillosas de acogida, comunidad, oración, recreación, misión, comidas típicas recogieron en la mochila de su corazón de aquella "prejornada"! Para muchos, esto ya bastaba para aseverar que valió la pena ir a Brasil.

La JMJ ha sido ampliamente difundida por todos los medios y en todos los países. Convivir, y vibrar con una Iglesia joven, de pie, en fiesta... que rezó, cantó, compartió, "hizo lío" demostrando que Jesús y su mensaje son una opción valiosa y expresó de muchas maneras su adhesión y regocijo con el papa Francisco... Y todo esto teniendo como escenario privilegiado, o mejor, como "templo al aire libre" las bellas playas de Copacabana, sintiendo que el Cristo Redentor nos abrazaba a todos...

 

¡Con las Hermanas de Brasil! El 28 de julio despedimos a nuestro grupo peregrino y el 29, Rosana y yo viajamos hacia Montes Claros, previa breve escala en Belo Horizonte, donde nos salió al encuentro Hna. Mónica para saludarnos y orientarnos. Hna. Helena Luiza fue mi compañera de andanzas en los primeros días.

La Hna. Nilza nos mostró la Obra Social “Acuarela”. Pude apreciar la ilusión, las iniciativas y los esfuerzos con que la comunidad la está animando, como así también el compromiso del elenco laico que trabaja en la misma.

Fue una gran alegría visitar la familia de Rosana y conocer a sus padres y sobrina. También estuve en casa de Doris, conocí a su madre, a 2 de sus hermanas y sobrina.

Llegamos hasta la Plaza del P. Coll, cuya estatua es testigo de las andanzas de los transeúntes que pasan y de los muchos niños que juegan y corretean en ese lugar. Pasamos por delante de lo que fue la "Obra Social La Anunciata", donde las primeras Hnas. se brindaron a pleno para promover sobre todo a las mujeres y a los niños... ¡Y hasta llegamos a hacer un paseo por el centro de la ciudad!

Al día siguiente Helena Luiza me condujo a su comunidad de Francisco Sá y allí encontramos a la Hna. María Granda, quien nos invitó a participar en una eucaristía barrial (muy animada con músicos e instrumentos) celebrada en la calle con motivo del cumpleaños de una anciana vecina.  Tuve la dicha de apreciar la réplica del Cristo Redentor (que no llegué a conocer en Río) y desde esa cima del monte contemplar la ciudad de horizonte a horizonte.

 

Pasando por Belo Horizonte tuve la suerte de concer a las Hnas. Reme y Celia que estaban culminando una visita de animación de la PJV y en esos días regresaban a España. Desde allí salimos con la Hna. Ma. Helena y la Hna. María Luisa hacia aquella novedosa y esperanzadora comunidad situada en Villa Verde (Acre). ¡Qué alegría reencontrarnos con Doris y verla inserta en este ámbito misionero de La Anunciata! ¡Y al fin conocernos con Ana Belén y Celia! La acogida de las Hnas. favoreció una intensa compartida comunitaria.  En menos de tres días conocimos el pueblo, visitamos familias, concurrimos a algunas celebraciones de la Palabra en las casas y en la capilla, visitamos la escuela donde ejerce Hna. Celia y nos acercamos a Río Branco, donde conocimos las dependencias de la Universidad en la que Hna. Ana Belén da clases y algunos puntos significativos de esta antigua y activa ciudad. Calidez del clima..., calidez de la gente..., exuberancia y variedad en árboles, palmeras, plantas rastreras, flores y frutos tropicales. Fecundidad…, que puede ser parábola o profecía para esta reciente comunidad. Me parece que las urgencias pastorales y evangelizadoras son muchas y muy en consonancia con el carisma de las Dominicas de la Anunciata. También son una posibilidad atractiva para la experiencia del "voluntariado"... Si sumamos las significativas similitudes con la misión de la Anunciata en Perú, particularmente con la comunidad de Pucallpa, podríamos soñar con nuevas posibilidades de refuerzo fraterno, proyección apostólica, de intercambio de experiencias y... de hermanas...

 

Nuevamente en Gloria estuvimos visitando el “Centro Pedagógico Anunciata”. ¡Qué adecuada la pintura y ambientación del edificio! Pinturas alegres con notas distintivas de la Congregación, adaptadas a los niños. Buena provisión de material didáctico, recursos y juegos... En todo se advierte la presencia, el cuidado, la atención y la buena conducción de la Hna. Mónica y la de un equipo docente capacitado para educar a los pequeños. Los niños que atiende Hna. Marlene me deleitaron entonando con gran fervor una canción al Padre Coll. En esa comunidad conocí a la Hna. Mariana en sus idas y venidas de dar clases.

 

¡Bonito y prometedor el museo de la Delegación, reconstruye la historia de La Anunciata en Brasil con imágenes, documentos y objetos muy ilustrativos! ¡Enhorabuena, Ma. Helena, por esta iniciativa!

 

Hna. Marina me condujo en auto hasta la clínica donde se hallaba internada, reponiéndose, la Hna. Rosa Font y pude estar un ratito con ella. Pese a sus achaques, irradia a través de su mirada y su sonrisa destellos de la luz de la fe. La estaba acompañando en ese momento la Hna. Terezinhia a quien también pude conocer. Recorrimos en auto diversas zonas de esa bellísima ciudad y fuimos a conocer la Universidad donde estudió y actualmente (Marina) trabaja en la pastoral universitaria. Hice noche en esta Casa Noviciado tan adecuada para encuentros intercomunitarios. ¡Ojalá pueda reemprender prontamente la misión de “casa de formación”.

 

¡Cuántas atenciones y detalles de fraternidad! ¡Cuántas charlas, anécdotas y risas! El lenguaje del amor supera todo límite idiomático…

 

Quiero agradecer a la Hna. Ma. Jesús quien fue gestora y avaló esta visita, a la Hna. María Helena que puso su empeño y coordinación para conectar vuelos, visitas, encuentros y a todas y cada una de las Hermanas de la Delegación. A las que encontré y conocí en esos días y a las que sin llegar a vernos (como las de la comunidad de Gdor. Valadares) las aprecio por la mención y el recuerdo de otras que las conocen, de manera especial de Doris y Rosana que en la diaria convivencia me fueron vinculando espiritualmente con cada una de ustedes.

 

A todas, un abrazo fraterno, mi recuerdo y oración.

 

 

Hna. Susana




1 comentários:

Unknown disse...

Irmã Célia a Paróquia Santa'Ana sente saudades de você...Deus abençoe sua caminhada
Ass:Givanildo.
Governador Valadares

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